Inspiradas
en las conocidas yemas de Santa Teresa típicas de Ávila, y muy fáciles de
hacer, estas dulces bolitas de almendra, coco, miel y naranja son una tentación
irresistible: una vez que se prueban ya no hay manera de parar hasta que se
acaban. Las proporciones de los ingredientes pueden variarse en función de
filias y fobias personales: añadir más miel o no poner tanta ralladura de
naranja, por ejemplo... Con las cantidades especificadas, y dependiendo del tamaño
que se les dé, salen alrededor de una docena de riquísimas "yemas de
coco".
Ingredientes:
250 gr de
almendras molidas
250 gr de
coco rallado
El zumo de
dos naranjas
La piel
rallada de una naranja
2 cucharadas
bien generosas de miel
Azúcar glas (opcional)
Elaboración:
- Lavamos bien las naranjas y rallamos la piel de una de ellas.
- Exprimimos las naranjas y desleímos la miel en el zumo. Si la miel es muy densa, se puede desleír primero con un poco de agua al baño María.
- Reservamos un par de cucharadas de coco para el "rebozado" final.
- Mezclamos bien en un cuenco el resto del coco rallado con las almendras molidas y la ralladura de naranja.
- Ahora, vamos añadiendo poco a poco la mezcla de miel y zumo, removiendo para mezclar bien, hasta conseguir una masa fácilmente manejable. (Es mejor tener que añadir un poco más de líquido que pasarse con él).
- Damos forma a las bolitas, más o menos como si estuviéramos haciendo albóndigas, y las "rebozamos" en coco rallado, o en azúcar glas, o unas cuantas en cada, como se prefiera.
- Finalmente, las ponemos en pequeñas cápsulas de papel, del tipo usado para magdalenas.
¿Conservación?
Olvídelo: no durarán lo suficiente, una vez que las sirva, para tener que
conservarlas.