Inspirado,
en principio, en el popular y riquísimo mel i mató
catalán, lo cierto es que finalmente sólo ha quedado de la idea original la
miel coronando un pastel de queso... y ni siquiera de requesón. Pero es fácil de
preparar, no se necesita horno y el resultado es espectacular tanto para la
vista como para el paladar. Así que ánimo y vamos a ello.
Ingredientes.
Ingredientes.
Para el
pastel:
100 gr de
galletas (de las eternas María de
toda la vida)
30 gr de
mantequilla
500 gr (una
tarrina) de queso para untar
250 ml de
nata para montar
Una pera conferencia grande
100 ml de
zumo de lima
La piel
rallada de una lima
4 hojas de
gelatina neutra
Una
cucharada de azúcar
Una
cucharadita de esencia de vainilla
Para la
cobertura:
150 ml de
agua
200 ml de
miel
3 hojas de
gelatina neutra
Para decorar
el pastel (opcional):
Grosellas
Rodajas de
lima
Con estas
cantidades se puede "rellenar" un molde rectangular de unos 23 por 13
cm, con lo que se obtienen cuatro (muy generosas) raciones.
Elaboración:
- Machacamos las galletas hasta reducirlas a una especie de fina arenilla y las mezclamos con la mantequilla para formar una masa maleable, añadimos una cucharadita de esencia de vainilla y mezclamos bien.
- Forramos el interior del molde con papel film (esto nos ayudará después a desmoldar el pastel sin problemas) y extendemos en su base la masa de galletas y mantequilla, formando una capa fina y uniforme, y reservamos el molde en el congelador.
- Pelamos la pera, quitamos la parte central donde están las semillas, la cortamos en trozos lo más uniformes posible y los ponemos en un cazo. Añadimos agua en la que habremos disuelto una cucharada de azúcar, justo para cubrir los trozos, y llevamos a fuego suave unos ocho o diez minutos. Retiramos del fuego, colamos y reservamos. (Ojo con este paso: los trozos de pera no deben deshacerse. Si está muy madura necesitará menos cocción, vigile pinchando con un palillo hasta que los vea blandos pero enteros.)
- Ponemos las cuatro hojas de gelatina en un cuenco con agua fría para que se hidraten.
- En un cuenco grande batimos el queso con las varillas, agregamos la nata, el zumo de lima y su ralladura y batimos de nuevo hasta mezclar muy bien todos los ingredientes. Tenemos que conseguir una crema ligera y muy bien batida.
- Llevamos a fuego muy suave, en ningún momento debe de hervir, y cuando coja un poco de calor añadimos las hojas de gelatina bien escurridas. Revolvemos para mezclar bien, dejamos un par de minutos revolviendo siempre, hasta que se disuelva la gelatina, retiramos del fuego y reservamos.
- Sacamos el molde del frigorífico y disponemos en el fondo unos trozos de pera, vertemos parte de la mezcla de queso, añadimos el resto de la pera y acabamos de rellenar con la crema de queso. Llevamos al frigorífico y dejamos dos o tres horas hasta que cuaje la gelatina.
- Pasado ese tiempo ponemos a hidratar tres hojas de gelatina en un cuenco con agua fría durante 5 minutos.
- Mezclamos en un cazo 125 ml de agua y 125 ml de miel y lo ponemos a fuego muy suave, sin dejar que hierva.
- Añadimos la gelatina y removemos hasta que esté disuelta. Retiramos del fuego y reservamos hasta que esté fría, momento en el que la vertemos sobre el pastel de queso, volviendo a dejarlo en el frigorífico hasta que cuaje la cobertura de miel.
- Finalmente, y antes de servirlo, desmoldamos, cortamos cuidadosamente en cuatro porciones y las decoramos con unos racimillos de grosella y unas rodajas de lima.